

TEORÍA DE LA ALIENACIÓN.
El capitalismo en su ética pervertida ha producido la alienación del trabajador. Ello se deriva de estudios antropológicos, psicológicos y sociológicos. Los que en general abarcan todos los campos donde el trabajador se manifiesta.
Una verdad que es negada por la gente de derecha, me refiero a los que saben de filosofía política, no al patán cuya superior expresión mental es “la culpa es del Bori”. Bueno, los que saben, estiman que en el sistema capitalista el hombre, en su expresión de persona, es solo una mercancía o mejor dicho, un elemento necesario para la empresa, sin el que la empresa NO PUEDE existir, llamada Fuerza de Trabajo.
Nunca he podido entender cuál es la razón por la que las empresas tratan tan mal a sus trabajadores, si son la fuerza vital, el corazón mismo de la maquinaria empresarial. El trabajador día a día incremente el valor de su tiempo, o sea, en buenas cuentas, lo que se invierte en él, el trabajador lo multiplica en cientos de veces.
Pero, volviendo a la alienación esta se entiende, entre otras definiciones, como: el proceso por el cual las personas se vuelven ajenas al mundo en el que viven.
La cuestión es averiguar cuál es la razón que se produce la alienación del trabajador. Una de ellas es el hecho, la circunstancia, la razón que el trabajador pierde invariablemente la capacidad de determinar su vida y destino cuando se le priva del derecho a pensar, esto es, concebirse a sí mismo como el creador de la riqueza, capaz de determinar sus acciones, dirigirlas y estar consciente de ellas en las relaciones con otras personas y tener la capacidad para poseer esos artículos de valor de bienes y servicios, producidos por su propio trabajo.
El trabajador está dirigido a metas y desviado a actividades que son dictadas por los dueños de los medios de producción, los mismos con los que él crea riqueza para sus empleadores, a quienes solo le interesa la mayor producción a fin de minimizar el costo de producción por mano de obra. De ese modo, un trabajador, obrero de una fábrica de calzados, produce una unidad que vale, por decir algo $ 30.000, suma que significa, por decir algo, el %33, de su remuneración mensual y más de lo que gana en un día o suma parecida.
Debemos atender que el trabajo, fue, lo es, y será siempre un proceso entre el hombre y la naturaleza. Porque el hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza. El hombre y la naturaleza se dan su tiempo, su modo, se auto respetan. Sin embargo cuando llega el capitalismo perverso, el hombre es un asesino de lo originario y actúa en esos términos.
Si se quiere ver en la realidad, todas la regiones, en que se ha destruido el bosque nativo para reemplazarlo por plantaciones, la sociedad, la familia y el hombre también se han destruido por la droga, alcoholismo, prostitución, enfermedades típicamente sociales.
Al actuar sobre la naturaleza, el hombre la modifica y se modifica a sí mismo.
LAS CAUSAS DE LA ENAJENACIÓN DERIVAN ENTRE OTRAS DE:
1.- La relación del trabajador con el producto del trabajo como con un objeto ajeno y que lo domina.
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El trabajo hace del ser genérico del hombre, tanto de la naturaleza como de sus facultades espirituales genéricas, un ser ajeno para él, un medio de existencia individual.
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Una consecuencia inmediata del hecho de estar ajeno el hombre del producto de su trabajo, de su actividad vital, de su ser genérico, es la enajenación del hombre respecto del hombre.
4.- En un mundo capitalista nuestros medios de supervivencia se basan en el intercambio monetario, por lo tanto no tenemos otra opción que vender nuestra fuerza de trabajo y consecuentemente estar atados a las demandas del capitalista. En su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador solo se siente en sí fuera del trabajo.
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Por las razones del sistema de producción el trabajador se encuentra dirigido. En una concepción feliz del trabajo la mente debe ser libre y consciente, en cambio
es controlada y dirigida por el capitalista.
6.- En la producción moderna la extensión de la maquinaria y la dependencia del trabajador de esta, le quitan todo carácter autónomo, toda libre iniciativa y todo encanto para el obrero. El trabajador se convierte en un simple resorte de la máquina, del que sólo se exige una operación mecánica, monótona, de fácil aprendizaje.
ESTIMADO LECTOR: Si no le gustan estos planteamientos, si considera que carecen de fundamentos, le insto a que estudie las estadísticas sobre el considerable aumento en los últimos diez años de las enfermedades y ausencias por problemas psicológicos de los trabajadores de nuestro país. Lo que expreso solo tiene como fin poner atención en un cambio en los procesos productivos, que permitan a los trabajadores asumir su identidad como tales, ello por el bien de la economía, la viabilidad de las empresas y el bienestar general del país.
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