

EMPRENDIMIENTO EN UN SISTEMA NEO LIBERAL DE LIBRE MERCADO.
La economía hoy no es más que una ruleta rusa en que el apostador tiene cuatro o cinco posibilidades de surgir ante un millón de posibilidades de morir en el intento.
Los intereses que los Bancos trabajan para préstamos de emprendimiento son la base de la esclavitud de quien se atreva a tener la osada idea de prosperar. Hay que recordar que nos encontramos en una sociedad Neo Liberal de libre mercado, en que esa libertad, precisamente, es la pesada cadena de la esclavitus para quién desee aportar una idea a ese mercado.
Ello ocurre, porque todo el sistema se encuentra alimentado por un perverso espíritu de lucro. Esto implica que se busca como ideal el máximo de utilidades en el menor tiempo posible y con un mínimo de costos.
Se inserta en el disco duro del postulante a emprendedor una competencia exacerbada. Pero, esta competencia se da en un ámbito en que domina “el monopolio” o situaciones monopólicas que impiden al iniciado prosperar en un libre juego democrático, igualitario y con garantías.
Lo mínimo que ocurre a poco andar es que los préstamos para iniciar el proyecto, duplican en corto tiempo el servicio de la deuda. Ello, no por maldad del Banco, sino, porque el banco en la cadena de la Industria financiera, se ve obligado a seguir la marcha impuesta por los Bancos Centrales y estos, por el Banco Central del Tesoro Norte Americano.
Entonces ocurre, que la mayoría de los emprendedores, entran en un periodo de “quiebra”, que finalmente les lleva al desaparecimiento. Investigue Ud., cuántas PYMES desaparecen cada año. No crea lo que digo, investigue.
Este resultado que afecta a miles de personas, algunas con grandes buenas ideas, acarrea como consecuencia el demoronamiento de la “Democracia”, en cuanto los términos de Justicia Social y de Igualdad ante la Ley y las oportunidades, desaparece por arte de magia.
¿Quiénes quedan vigentes? Solamente los sectores monopólicos de las grandes cadenas, sostenidas por enormes capitales, que son precisamente los que influyen para que la dirección de la economía vaya en uno u otro sentido.
En esta realidad, los Gobiernos progresistas tienen muy poco que decir. Especialmente cuando, estos gobiernos no cuentan con el apoyo Parlamentario ni con el apoyo de la ciudadanía. Esta última, permanentemente ignorante, o atacada de desidia por los problemas colectivos y de interés nacional. Generalmente, muchos pequeños industriales, comerciantes, agricultores y profesionales que han logrado salir adelante y acomodarse en la clase media (media estúpida, media mensa, media w…), observan desde lejos y con temor a apoyar los cambios, por el miedo y la ignorancia, o el convencimiento que todo puede ser peor.
A estas alturas, queridos amigos, ya se ha perdido todo incluso la dignidad como persona, tiempo preciso para que el desesperado busque un mesías nazi o fascistoide, que le hable de Patria, Dios y Familia, como ungüento sanador milagroso.
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