TRABAJO EN UN PAÍS AUTO-DESTRUIDO.
La triste realidad que hoy conmueve las consciencias decentes de este mundo es la destrucción del Trabajo, los Trabajadores, la riqueza y el mismo país, política, económica y socialmente. Destrucción total.
Según Stoltenberg, el Jerarca máximo de la OTAN, entidad en la que EE.UU., ha depositado toda su confianza para mantener en el corral a los elementos rebeldes, como ya a ocurrido con la ex-gran Europa, hoy solo un estado más en la bandera de estrellas y barras, pero, sin derecho a voz ni voto, bueno según este sujeto, la guerra comenzó en febrero de 2022, con la invasión rusa de Ucrania, sino en 2014. La verdad es que se inició ocho años antes.
En primer lugar, que el conflicto tiene un trasfondo histórico. Segundo, que la invasión de 2022 fue una respuesta desesperada a los intentos de la OTAN de integrar a Ucrania en su órbita.
Ocurre que la operación de cambio de régimen respaldada por EE.UU. en Ucrania, derrocando el Gobierno del presidente Víctor Yanukóvich, ocurrió en el año 2014, en cuyo derrocamientos los EE.UU., tuvieron una participación real, efectiva y cierta. El Presidente Yanukóvich, se opuso tenazmente integrar a Ucrania en la OTAN. Ello le costó su derrocamiento, pues, ello no estaba en las líneas de acción del imperio del norte.
El golpe fue financiado con “más de 5.000 millones de dólares”, según presumió la subsecretaria de Estado estadounidense Victoria Nuland.
Junto con los EE.UU., en el derrocamiento del Presidente constitucional participaron grupos fascistas de reconocida posición por los EE.UU., como “Sector Derecho”; “Svoboda” y otros como los del grupo “Asov”, quienes iniciaron una política de persecución, eliminación idiomática, religiosa y étnica, pues, se trataba de eliminar el cuerpo natural ruso que inunda toda “Ucrania”, pues, ucranianos y rusos son eslavos. Dándose el caso que muchos ucranianios tenían sus familiares en Rusia.
La violencia, discriminación y persecución provocó la muerte de más de 14.000 personas entre 2014 y 2022.
La operación de cambio de régimen respaldada por Estados Unidos y la OTAN, solo buscaba una cuestión elemental, básica, inducir a Europa y otros países satélites de los EE.UU., a una guerra con Rusia, su conquista y posterior división, atendida la enorme riqueza de este territorio. Ucrania fue el pretexto, el tonto útil, el cebo, para iniciar la confrontación.
Entre tanto, las poblaciones del Dombass, de Crimea, realizaron referéndums para determinar a quienes seguían, resultando en algunos casos el 95% de opinión para adherirse a la Federación Rusa, como Repúblicas Independientes en el conglomerado eslavo.
Todos sabemos que la Federación eslava es una potencia nuclear. Sin embargo, la elite oligárquica de Europa y los EE.UU., más otros satélites del hegemón del norte, insisten en dominar un territorio y un elemento humano conocidamente como guerreros imbatibles en todas las guerras en que ha participado, venciendo a Napoleón y el invencible ejército francés y a las hordas nazis que azolaron el mundo entero.
Al parecer hemos vuelto a la etapa superada de 1938. Tarde o temprano, de una uno u otro modo esta guerra terminará. La Federación Rusa contra los EE.UU., Europa, la OTAN llegará a su fin. Pero, en el intertanto las ciudades ucranianas han sido destruidas, sus habitantes desarraigados, asesinados por los mismos nacionales o por los efectos de la guerra, cincuenta millones de personas habrán de sufrir lo indecible todo por la ambición, la avaricia y las ansias de dominio de una elite que avergüenza la humanidad.
¿Quién ganará? En esta primera parte seguramente será Rusia, pero, todos sabemos que la guerra con Ucrania es solo el prefacio de la 3ww que, al menos, en lo que a mi respecta, ya comenzó con la destrucción de Ucrania, pero, de continuar, también serán destruidas otras ciudades como bERLÍN, Londres, New York, Paris, Roma y, por cierto, los países báltico desaparecerán.
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