

ÉTICA Y MORAL, BASE DE LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN.
Estimados amigos, no es malo exponer ideas y proponer un diálogo al respecto. En esta ocasión el asunto se trata de lo siguiente, partiendo de lo que ya sabemos de la relación existente entre Ética y Moral, podemos afirmar, para lograr un entendimiento respecto del tema de fondo, que la Ética es el sustrato filosófico de la Moral, es decir, es la reflexión científica, sistemática, objetiva sobre los valores, sobre el concepto de bien y de mal y sobre la orientación que debería tener, en consecuencia, la conducta humana.
Lo anterior tiene importancia cuando queremos despejar el camino en materia de Trabajo y Derecho del Trabajo, pues, se trata de un estado de cosas verdaderamente caótico debido no solo a las políticas injustas, sino, que a varios elementos como la concepción de la empresa; del empresario; de la concepción individualista de la economía; de la Ley Laboral; del Tribunal Laboral y la concepción que los jueces laborales tienen o puedan tener respecto a las variables de este intrincado mundo.
Es claro que en materia de economía nos encontramos prisioneros de una concepción Neo Liberal, que mira la participación del Estado como un elemento nefasto, distorsionador del libre juego de la Oferta y Demanda al intentar controlar, desvirtuando los beneficios de una mano invisible, que todo lo soluciona, según sus impulsores, quienes sustentan una especie de libertad a todo evento, a fin que sea el propio sujeto trabajador, en este caso, que elija lo que le conviene.
Cuestión esta que nos parece de otro planeta, desde que en este mundo planetario no ha dado buen resultado en ningún lugar del mundo.
Al contrario de las ideas Neo Liberales y de libre mercado, para el suscrito, que vive en un mundo real, donde son los hombres, de carne y hueso, que aman, comen y sueñan, los que dirigen las acciones en todas las actividades de la vida y, en una realidad, donde no se divisan “manos invisibles” o fantasmas, ni alienígenas, que vengan a dar solución a los problemas del trabajo, creemos que el meollo del asunto, lo que sucede, verdaderamente, es que hay una excesiva, real y seria, falta claridad sobre la ética y el trabajo porque estos, valores debieran sustentar los pilares sobre los cuales el mundo constituya la libertad, la justicia, la paz, el respeto, la tolerancia y la disposición de no sentirnos enemigos o rivales, a quienes hay que derrotar o humillar o servirnos de ellos, sino amigos fraternos a quienes vemos con iguales derechos tal si todos fueramos hermanos hijos de la misma suerte.
Ello nos exige que las relaciones de producción y su superestructura, es decir, el trabajo y el derecho, den lugar a una economía, si no de participación radical o profunda, al menos una Economía humanista, que reconozca el sentido social de la producción de bienes y servicios, al mismo tiempo de establecer un margen de acción para los creadores de la riqueza, es decir, los trabajadores, que se encuentre vinculado a la Teoría General de los DD.HH. y sea compatible con los intereses privados de los dueños de los medios de producción.
Hoy, el libre juego de la oferta y la demanda, en materia del Trabajo, constituye un desquiciamiento de la relación entre Trabajo y los valores ético-morales de la sociedad, configurándose, una situación de desmejoramiento, decaimiento, inarmonía en el modelo neoliberal, provocando una suerte de caos en la vinculación que existe entre las relaciones laborales y el derecho que las rige.
No debemos olvidar que el modelo neoliberal supone la individualización de las relaciones laborales, este es su principio fundamental, la no intervención del Estado en las relaciones individuales de trabajo, la no intervención restrictiva del Estado en materia de relaciones colectivas de trabajo y la negación de la solidaridad, lo que trae, como consecuencia, la anulación del aporte colectivo y de las organizaciones que lo efectúan, como los sindicatos, por ejemplo.
La consecuencia de la falta de Ética y Moral en las relaciones del trabajo, es la precariedad laboral, la negación de la justicia social y de la protección del más débil, bases fundamentales, del Derecho laboral y de la Seguridad Social, instrumentos, a su vez centrales, del Estado social de Derecho, Constitucional, Democrático y de visión amplia.
Hasta ahora siempre ha ocurrido que el empleador y empresario, cuenta con los más poderosos elementos para la defensa de sus intereses: el Derecho expresado en la Ley Laboral; los procedimientos y sistemas probatorios; el sistema judicial lento, caro, ineficaz en la defensa de los derechos fundamentales de los trabajadores, todo lo que nos lleva a afirmar que el sistema carece de una relación Ética-Moral, adecuada. 
MIREMOS EL MUNDO POR EL PRISMA DE LA SOLIDARIDAD, FRATERNIDAD, TOLERANCIA, RESPETO, Y LO CAMBIAREMOS DEFINITIVAMENTE.
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