ENFERMEDADES PROFESIONALES DE LOS CONDUCTORES.
AMIGOS CONDUCTORES: Es increíble como esta actividad que produce un inmenso placer y satisface los deseos de libertad, se puede transformar en una causa, origen o el primer eslabón de una cadena de circunstancias que en definitiva puede provocar una enfermedad. En este sentido y, para el problema que nos preocupa, la enfermedad puede ser común o de origen natural, como tantas que portamos como herencia genética desde nuestra madre primaria Lucy o, desde otro punto de vista, ´puede tratarse de un efecto, consecuencia, resultado de deficiencias ergonómicas, por no saber adecuar la conducción a nuestras necesidades y defectos musco-esqueléticos. O porque el empleador no se ha preocupado de obedecer el mandato del art. 184 del Código del Trabajo chileno, que le obliga a tomar “todas” la medidas necesarias y “eficaces” para salvaguardar la Vida y la integridad física y psíquica de sus empleados conductores.
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Hay que agregar que el empleador además, debe cumplir con las condiciones de Higiene y Seguridad que le ordena el D. S. 594 y las medidas que dispone otro decreto supremo, el 40, conocido también como Obligación de Informar.
Ahora bién, las enfermedades que derivan del hecho de la conducción son numerosas y de diferente naturaleza, las hay ergonómicas, que son de la más alta importancia. Pero, también psicosociales, de carga laboral, de peligrosidad, de falta de descanso; de estrés laboral y muchas otras. Ello porque conducir es una tarea que exige un gran grado de concentración durante el tiempo de la conducción. Este tiempo, a veces, es demasiado prolongado y deja al trabajador sin posibilidades de obtener un descanso útil y ´provechoso, o sea, recuperador de condiciones físicas y mentales. Hay sistemas de trabajo que son prácticamente una forma de asesinato disimulado, una de ellas es el pago por vuelta, es decir, el contrato paga una suma de dinero por cada viaje que el conductor hace a un lugar determinado, lo que incita a este trabajador a continuar sin parar para aumentar el número de vueltas desde la empresa al lugar de destino de la mercadería.
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Por otra parte, el exceso de preocupación en la carretera, a veces se complica con el mal estado del vehículo, lo que hace perder habilidad al conductor. En este caso, es un verdadero peligro, un Mad Max de las carreteras, desde que el ánimo del conductor va sufriendo en cada momento y lo puede desviar del modo seguro de conducir. Pero, lo que en definitiva lleva a perjudicar la salud del trabajador, además, de estas circunstancias anexas, es el continuo, repetitivo y monótono trabajo del cuerpo, partiendo de los pies, que exigen habilidades psicomotoras en excelente estado. Luego, el conductor hace uso de la fortaleza de sus piernas, sus rodillas y las caderas, pues, al mantener un movimiento constante en ese sector del cuerpo, ello, puede, repito, puede transformarse en una causa directa de una enfermedad, no solo en el aspecto musculo-esquelético, también en lo que se refiere a problemas en el sistema circulatorio de las extremidades inferiores.
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Nuestra idea no es hacer un recuento de las causas de las enfermedades de los conductores, sino, solo advertir, por eso, somos breves en ese respecto, pero, debemos seguir señalando que todo el resto del cuerpo sufre también los efectos de largas horas de conducción. Le ley exige o permite que el tiempo máximo sea 5 horas. Sin embargo, ello en la práctica no ocurre. En consecuencia, la espalda, los hombros, los brazos, las manos y en general todo ese sector, tiene, igual que en la parte inferior corpórea impactos de tal magnitud que pueden provocar enfermedades derivadas directamente del trabajo. En todo caso, se reconocen algunas propias de la conducción en el sector del transporte: sordera, parálisis del nervio radial, fatiga de vainas tendinosas, bursitis, lesiones de la piel, enfermedades osteoarticulares, etc.
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En lo personal me preocupa la suerte de los trabajadores de la conducción, pues, el sistema preventivo laboral no les trata muy bien, no le reconoce las enfermedades que derivan directamente del trabajo y las entidades previsionales desconocen las consecuencias, solo dando como razón, que no se ha probado la “relación directa entre el trabajo y la enfermedad”. Un ejemplo de ello es la Resolución de SUSESO: “Agrega que, en atención a las evaluaciones médicas y exámenes realizados, al interesado se le diagnosticó una “Rotura Degenerativa del Manguito Rotador” y una “Tendinosis avanzada de origen no laboral”. Señala que dicha calificación quedó confirmada con el Análisis del Puesto de Trabajo, en el cual no se objetivaron factores de riesgo biomecánico para los hombros o codos que condicionen una enfermedad profesional en la ejecución de las tareas habituales de la labor realizada por el trabajador. Por consiguiente, dicha Asociación estimó que al interesado no le corresponde la cobertura de la Ley N° 16.744, sino que la de su régimen de salud común. Dictamen 29446-2013)”.
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Los procesos de calificación no tienen protocolos objetivos, pues, estos quedan a criterio de los análisis de una u otra persona o cuando más de un equipo de personas especializadas, pero, que obedecen órdenes de una dirección que es en último término una empresa que cuida sus utilidades por sobre la salud de los trabajadores. ENFERMEDAD PROFESIONAL, es aquella que sufre el trabajador en relación o a causa directa del trabajo. En buenas cuentas, si un trabajador ingresa a una empresa sin problemas y luego de un tiempo prolongado, 15, 20 o más años de conducción afirma sufrir dolores en diversas partes del cuerpo, especialmente hombros, rodillas, cintura, es debido a efectos del lugar y la forma de trabajo. Entendemos, como se ha dicho el enorme número de posibilidades de enfermedades, muchas de ellas típicas de los profesionales de la conducción, pero, en especial las más clara son las que atacan la parte muscular y esquelética.
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La definición de enfermedad que da el art. 7 de la Ley 16744, es clara, precisa y concisa, las que derivan directamente del trabajo. En consecuencia, resulta hasta ridículo que los médicos de las mutuales de seguridad, busquen argumentos para decidir que se trata de enfermedades comunes, pues, ellas se han producido luego de un largo tiempo laborando en malas condiciones ergonométricas.
Vaya un mensaje de alerta para los miles de conductores chilenos.
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