JEFATURA TÓXICA
En los procesos de ingeniería de los mal llamados Recursos Humanos, mal llamados digo, porque no se trata de recursos sino de personas, gente, trabajadores. Por lo general los recursos de producción son eliminables, perdibles, se destruyen, lo que no es posible con las personas, por lo que en lo sucesivo diremos Ingeniería de Personal. Bueno, en una sección de este departamento, específicamente el que se interesa por los problemas psicosociales dentro de la empresa, se ha determinado que, siguiendo las estadísticas generales de los que ocurre en el país, alrededor del 33 %, del personal, ha sufrido alguna de las formas de violencia a que se refiere el artículo 2° del Código del Trabajo.
Realizando un examen más detallado, los investigadores internos han advertido que al mismo tiempo no se ha aplicado en forma correcta los procedimientos de trabajo que se encuentran consignados en el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad.
Investigando sobre las razones del exceso de licencias médicas se ha determinado con asombro que hay una enorme deficiencia en el Trabajo en Equipo, junto con problemas serios en la Jefatura. Al respecto, la investigación detectó que se trata de una Jefatura con síntomas de toxicidad, derivada del hecho que hay en ella una ausencia, omisión, falta grave, desidia en la aplicación de los conceptos de liderazgo.
Todo lo anterior ha acarreado una epidemia de enfermedades laborales, que, además, de provocar bajas laborales han contribuido seriamente a la disminución de la producción y a la baja de la calidad de la misma. Con ello, la empresa no solo se resiente en el cumplimiento de sus metas de producción, sino, también, en el cumplimientos a sus clientes. Por otra parte, la responsabilidad de la empresa en las enfermedades profesionales implica que en cualquier momento uno o varios trabajadores pueden proceder al autodespido o si lo quisieran a demandar indemnizaciones por los daños sufridos, incluyendo el daño moral, lo que atenta contra la credibilidad y el prestigio corporativo.
¿Por qué ha ocurrido esto?
La investigación interna también nos ha dado la respuesta. La encuesta sobre bienestar en el trabajo ha señalado que el problema se ha dado partiendo del análisis de la forma y procedimientos de trabajo adoptado por la jefatura.
¿Qué se ha ocurrido en este tema?
Al respecto se ha determinado que la mala aplicación de los métodos de trabajo y de una dirección tóxica ha provocado malestar intenso y grave en los trabajadores, lo que ha llevado a algunos a enfermarse. De hecho el grupo de trabajo nunca ha dejado de ser solo eso, un mero grupo, es decir, personas que por accidente se encuentran en un lugar realizando una función productiva. Sin embargo, dicha función ha estado carente de metas claras, de una dirección convincente expresada en términos efectivos y asertivos, lo que ha incidido en el trabajo armónico, con una meta propuesta y diseñada inteligentemente, con procedimientos dirigidos hacia el cumplimiento de esa meta.
Se ha observado, que durante el periodo, algunos trabajadores han sufrido los efectos de la pandemia, en consecuencia, preocupados de su hogar y de su familia, han sufrido el síndrome de la “doble presencia”, sin que la Jefatura, haya puesto el más mínimo interés en ellos. Al contrario, fueron amenazados de despido sino se encontraban en condiciones de trabajar intensivamente. Es más, se les dijo, que los problemas personales no le interesaban a la empresa.
Arturo Caprara, autor español especialista en estas materias, ha sostenido que “no hay nada más falso en la vida que afirmar que hay que “separar la vida laboral de la personal”, como si el estrés, la depresión o las úlceras que han sido cocinadas a fuego lento en nuestro estómago por culpa de nuestro “jefecito” se las pudiera uno arrancar al terminar la jornada laboral y dejarlas guardadas en uno de los casilleros de la oficina, hasta el día siguiente”.
Es evidente que, en la actitud de este Jefe, cuyo perfil ni siquiera logra divisar la altura en que se ubica el concepto de líder ha actuado con perversidad, al acosar a los trabajadores con amenazas, sin entender o averiguar las verdaderas causas del malestar de ellos. Ha demostrado que pretende controlar a sus trabajadores con amenazas, pero, no les ha insuflado el carácter de elementos colaborativos y de los que depende el nivel de producción y su calidad. La verdad, es que al no tener el Jefe las cosas claras, solo puede exigir a sus trabajadores que trabajen y trabajen, sin orientación alguna, sin establecer cuales son las metas de Gestión propuestas por la Empresa y la importancia de un trabajo bajo procedimientos y una dirección que empatice con tales metas, asunto que corresponde única y exclusivamente manejar al Líder, que con su carisma puede convencer y motivar a su gente en el cumplimiento cabal de su trabajo.
Para terminar, una vez dicha la relación entre Líder, trabajo en equipo, y los niveles de producción y calidad, copio al autor Pablo Adan, quien en uno de sus libros ha reunido las características de un Jefe Tóxico.
Seductor. Alguno tiene su punto atractivo, seduce porque hipnotiza y toma el control de las personas hasta que estas se dan cuenta que su voluntad queda anulada y sus expectativas destruidas.
Emocionalmente inmaduro, con un comportamiento vengativo, lamentos improcedentes, quejas inconsistentes y caprichos impropios. Sus problemas personales y sus complejos esconden una personalidad débil y temerosa.
Egocéntrico, necesitado de adulación permanente, donde todo gira en torno a él con esos rituales de auto exaltación tan personalizados como ineficaces y ese convencimiento de que todo lo que te ganas es gracias a él.
Autoritario, con esa errónea interpretación de la gestión del poder, con esa percepción de inutilidad hacia los demás por la que solo mediante el abuso de su posición es capaz de obtener productividad y rendimiento.
Mentiroso, porque la mentira es su recurso, porque a falta de una realidad que justifique sus actos el Jefe Tóxico crea una paralela, un mundo lateral sustentando en la ausencia de la verdad. La mentira, como veremos en otro momento, es un arma retorcida pero muy utilizada, y le funciona para sus intereses.
Inestable, bipolar, cambiante e imprevisible, ajeno a toda lógica conductual, en una montaña rusa en la que si subes acabas mareado y si no subes es imposible de seguir. Tiene un problema serio con estos desequilibrios.
Trampero, que buscan a atrapar a las personas y evidenciarlas, que disfrutan haciéndolo y tejiendo una nueva tela de araña que no podrás prever y de la que no podrás escapar.
Temeroso e inseguro porque en ocasiones es consciente de su debilidad y tiene pavor a ser descubierto y públicamente señalado por lo que destruye primero equipos y luego personas. El Jefe Tóxico esconde pánico a perder el estatus lo que le transforma en insensible y falto de empatía.
Hiperactivo, que no paran y que esperan que los demás tampoco lo hagan. Altamente competitivo, aliado con el estrés vital y posiblemente adicto al trabajo, con escasa vida social o familiar.
Controlador, porque nada se le puede escapar, porque necesita la información para calmar su control obsesivo, porque el Jefe Tóxico piensa que su gente le está haciendo perder tiempo o dinero, y no es de fiar. Es una obsesión manipuladora que convierte el lugar de trabajo en un plató de Gran Hermano.
Impactos: 165