Cuando aparecemos formulando alguna crítica contra el sistema de Seguridad Ocupacional que en Chile es manejado por la Mutuales de Seguridad, en su calidad de administradoras del Seguro Social Obligatorio Contra Accidentes y Enfermedades profesionales, no es por atacar por ira o soberbia, es por enfatizar que a pesar del gran avance en esta materia y, fundamentalmente de los grandes discursos, los trabajadores siguen enfermándose y sufriendo las calamidades de una mala organización laboral. Ese es el punto entonces y no la persona del empresario. El vicio o defecto es que no se hacen prácticos los dichos reiterados en una y mil conferencias de una y mil institución privada o pública.
Desgraciadamente conforme lo indican las estadísticas de SUSESO las enfermedades en el carácter de pscio-sociales han subido en un elevado porcentaje. Ello tiene como causa única y exclusivamente las malas relaciones existentes entre los operadores de la producción. Por un lado el gran grupo de trabajadores, obreros y empleados, trabajadores manuales o intelectuales, incluso mandos, y por otro, los sectores que tienen la obligación de impulsar, dirigir, orientar y fiscalizar los procesos productivos. Estas malas relaciones son fuentes, origen y causa de la mayor parte de las enfermedades psico-somáticas derivadas de los riesgos psico-sociales.
No dejemos a un lado las enfermedades que se producen por malos tratos o violencia laboral que el propio legislador ha definido en el artículo 2 del Código del Trabajo chileno y que se agrupan en los acosos: Acoso Moral, Mobbing u hostigamiento y Acoso Sexual o acciones con intención sexual no deseadas, no queridas ni aceptadas por la víctima. En la violencia en el trabajo también se distingue como fuente de las enfermedades las Acciones Discriminatorias cualquiera sea su naturaleza.
A raíz de la Encuesta Istas se ha podido determinar que existen numerosos gatillantes muchos de los que tienen que ver con cuestiones externa incluso a lo nacional. En los últimos años ha existido un gran aporte a la producción de medios robotizados que permiten acelerar el rito de la producción, pero, para ello se requiere de trabajadores que hayan logrado cierta especialización, lo que generalmente no ocurre en chile debido a la gran base de trabajadores que no han desarrollado sus capacidades cognitivas más allá de la enseñanza primaria o media.
El mercado laboral ha perdido calidad en los puestos de trabajo, especialmente en aquellos laborantes que se quedaron realizando acciones de fuerza muscular, en comparación con muchos jóvenes que desde la más temprana edad dominan los elementos. El desarrollo de la tecnología, los problemas económicos que acarrea la globalización, la multifuncionalidad que caracteriza el trabajo moderno, problemas de consumo, gastos, inseguridad laboral, pueden ser factores que constituyen una carga mental para los trabajadores. En mi antiguo trabajo, a vía de ejemplo, cualquier observador puede percatarse que la inmensa carga labora que algunos Tribunales deben soportar se convierten en el elemento más efectivo para provocar desórdenes conductuales. Se estima que un Tribunal puede operar con eficacia para una cifra de habitante cercana a las 40.000, y resulta que en Concepción que agrupa las comunas de Chiguayante, Concepción y San pedro, tal guarismo es sobrepasado considerablemente.
La verdad es que en Chile es el país en que más horas se trabaja en comparación a los niveles mundiales, esto es, 45 hrs., a la semana, y en muchos casos, se aumenta con horas extraordinarias de trabajo. Si a ello, a este paisaje laboral y humano agregamos que los trabajadores, muchas veces demoran más de una hora en llagar al trabajo o regresar a su habitación, podemos afirmar que el sistema de relaciones de producción en Chile atenta directamente contra la familia, y consecuencialmente, con el entorno social.
No cabe duda alguna que estos antecedentes nos llevan a concluir que las jornadas de trabajo, las relaciones de producción, la carga laboral, el aumento de la técnica aplicada a la producción, el abandono de la familia, debe provocar en el hombre o la mujer trabajadora un progresivo estrés, que en nuestra legislación se conoce como “neurosis laboral”.
En este respecto se pueden agrupar los factores de riesgo en:
Condiciones de la organización y condiciones del empleo. El carácter, la naturaleza y la forma de operar de la organización puede constituir un habitar agradable o tóxico, dependiendo de los efectos que cause en la salud de sus trabajadores.
La Condiciones del empleo, dicen relación con la conducta o forma de llevar adelante las relaciones de producción por la empresa, esto es, si hay comunicación, diálogo, interrelación con los trabajadores en materias operativas o si estos son invisilizados. Liderazgo y trabajo en equipo, son algunas herramientas.
Si en las relaciones productivas se aplica el concepto de trabajo activo, esto es, que el trabajador se desarrolle en la función que realiza, se empodere y se sienta que su labor es efectiva; si los tiempos de trabajo tienen un límite prefijado; si se considera al trabajador con criterio suficiente para tomar decisiones puntuales y existe una integración a nivel de empresa en la forma o modo de mejor producir, en este caso, estamos minimizando los riesgos psicosociales.
Los trabajadores son seres humanos sensibles como todos, en consecuencia tienen exigencias en este sentido por diversas razones que son de su entorno privado, pero, que conforman el ser del trabajador. La satisfacción de estos requerimientos, produce efectos positivos y de buen resultado. Negarles estas demandas, produce el efecto contrario.
Asimismo, son negativas desde todo punto de vista las acciones de violencia en el trabajo: Acosos y Discriminación.
Uno de los problemas puntuales de la empresa chilena es la falta de definición del rol del trabajador en la empresa, pues, por regla general no hay claridad sobre este y, lo que es peor, no se considera importante para la marcha y desarrollo de la producción. En este mismo orden de ideas conviene apuntar al liderazgo, a las acciones de compañerismo y el apoyo social al trabajador. Su ausencia permite que el trabajador se pierda como persona integrada a aun colectivo y no sume sus esfuerzo.
Entre los problemas que afectan a las trabajadores, en especial, se encuentra el de la doble presencia. Este riesgo implica una preocupación intensa por lois problemas que quedaron sin solucionar en la casa. Hijo enfermo; tareas pendientes del hogar; atención de personas, por ejemplo. Tal preocupación produce estrés y distrae a la trabajadora y la expone, además, a riesgos materiales.
La producción es una actividad eminentemente colectiva, de tal modo, que los problemas de Gestión en materia de Recursos Humanos y SSO, es un problema de todos los integrantes de ese colectivo. En la medida que marchen en términos de comunicación y comprensión permitirá que disminuyan los riesgos psico-sociológicos.
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